La prensa de la
época se hizo eco de estos sucesos, siendo especialmente extenso el seguimiento
informativo, adonde los periódicos y los semanarios ilustrados enviaron a sus
mejores reporteros y fotógrafos, como Alfonso, Videa, Contreras, Vilaseca,
Esperón, López Cansinos, Victorino Tamayo, Marinas o Díaz Casariego. Llegaron a ser portada del ABC del
sábado 9 de julio de 1932, y también apareció en otros periódicos como El Castellano, El Sol, el Heraldo de Toledo,
La Vanguardia o La Tierra, entre otros. Tal fue su repercusión, que incluso alguna prensa extranjera se hizo eco de
dichos sucesos, como es el caso concreto del diario estadounidense The New York Times o de alguna prensa francesa, portuguesa,
alemana, italiana o de la Unión Soviética, que hicieron alusiones a dichos
sucesos; y fue difundida además por la agencia internacional de noticias United Press. De hecho, también cuenta confuentes
literarias: fundamentalmente, La tragedia
de Villa Don Fadrique, de Francisco Mateos, periodista que vivió in situ los acontecimientos que tuvieron
lugar en esa localidad, así como unas memorias de Gabriel Ramos Aparicio, que
vivió también dichos sucesos siendo apenas un niño.
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